Cuando disfrutamos de nuestras vacaciones y tenemos que seleccionar un lugar donde comer o cenar solemos apostar por preguntar a los lugareños, confiar en experiencias de amigos o conocidos, u orientarnos leyendo las opiniones online de anteriores clientes.
La especialización de la cocina, sus precios, la imagen exterior del local, la propia presentación de los platos… son algunos de los factores que podrían ayudarnos a no equivocarnos a la hora de elegir un restaurante durante las vacaciones. Pero para que ello no acabe inesperadamente en decepción debemos de observar aspectos imprescindibles que nos ayuden a minimizar las sorpresas negativas y nos hagan disfrutar de las oportunidades gastronómicas de nuestro lugar de vacaciones.
¿Qué hay que tener en cuenta para asegurarnos la elección adecuada de restaurante?
- Los restaurantes, bares o chiringuitos situados en lugares turísticos saben que la imagen es vital a la hora de ganar clientes. Pero no todos cuidan aspectos fundamentales como que la totalidad de empleados tengan la formación adecuada para el trabajo que desempeñan. Por ello la mejor recomendación ante la proximidad del verano es que todos los establecimientos apuesten por garantizar que sus asalariados dispongan de la titulación necesaria para el desempeño de su trabajo, algo que pueden alcanzar cómodamente optando por los cursos de manipulador de alimentos online, siendo ese el aspecto más necesario para dar un servicio de calidad a los clientes.
- Para no llevarnos sorpresas con la comida a la hora de la verdad, uno de los mejores consejos es pasarnos antes por el restaurante y comprobar la realidad mientras tomamos tranquilamente un refresco apoyados en la barra o descansando en la terraza. Observar desde la distancia los platos que se sirven a los comensales, mirar que el establecimiento, principalmente en las grandes ciudades, cuente con los certificados expuestos de control de plagas Madrid, Barcelona, Sevilla o el destino al que se corresponda. Mirar las reacciones de los clientes también puede ayudar a esquivar la decepción.
- Los turistas que viajan en grupo (excursiones organizadas, grandes familias, despedidas de soltero…) son proclives a acudir a establecimientos que satisfagan los gustos culinarios de todos y que cuenten con una amplia carta. Esto, que en principio puede parecer una ventaja, suele desencadenar en cocinas poco especializadas que difícilmente mantienen la calidad en la totalidad de la carta. Igualmente es complicado garantizar productos frescos en un carta demasiado amplia, por lo que se imponen los congelados y preparados.
- Las mejores vistas no garantiza el mejor plato, y ni mucho menos el mejor precio. En la costa queremos despedir las vacaciones con una paella en primera linea de playa. En la montaña apostamos por una parrillada en la cabaña con vistas al valle. Esto en si mismo no es un problema, pero debemos considerar que este tipo de establecimientos necesita personal temporal y eventual para cubrir la carga de trabajo puntual, por lo supondrá inevitablemente un reflejo en el servicio tanto en la barra, en las mesas y en la cocina.